Descubre cómo preparar una deliciosa tortilla de porotos verdes, una receta clásica que se puede disfrutar en cualquier época del año.
Contenido
¿Cómo hacer tortilla de porotos?
Aunque es ideal utilizar porotos frescos para capturar la esencia de la temporada, no dudes en recurrir a los porotos verdes congelados, una alternativa práctica y de gran calidad disponible en el mercado.
Receta de tortilla de porotos verdes
Preparación: 20 minutos
Cocción: 20 minutos
Calorías: 300 kcal
Raciones: 2 personas
Ingredientes
- 500 g de porotos verdes
- 2 cucharadas de harina
- 2 huevos
- 1 cucharadita de sal
- Aceite para freír
Preparación
- En una olla mediana, añadir los porotos verdes picados y cubrirlos con agua fría, añadir una cucharada de sal y hervir por unos 7 minutos. Escurrir y enfriar. Traspasar los porotos verdes cocidos a un bol y añadir la harina, una cucharadita de sal y los huevos; revolver todo con una cuchara de madera para humectar e integrar.
- Calentar un chorro de aceite en un sartén grande y vaciar el batido cuidadosamente, girar luego con el mango para distribuir la mezcla de forma pareja y cocinar a fuego medio por unos 5 minutos o hasta que comience a burbujear en la superficie.
- Tapar la sartén con un plato ancho y girar la tortilla sobre el mismo plato, añadir un poco más de aceite y deslizar la tortilla nuevamente a la sartén, cocinando por unos 5 minutos más. Retirar la tortilla del fuego y escurrir sobre papel absorbente. Servir inmediatamente acompañada, por ejemplo, de papas cocidas o arroz graneado.
¿Puedo usar porotos verdes en conserva?
Sí, pero se recomienda enjuagarlos bien para eliminar el exceso de sodio y lograr una mejor textura en la tortilla.
¿La tortilla se puede hornear en lugar de freír?
Sí, puedes hornearla a 180 °C por unos 25 minutos en un molde aceitado para una versión más liviana.
¿Qué otras verduras se pueden agregar?
Puedes incorporar zanahoria rallada, cebolla salteada o espinacas picadas para variar su sabor y aporte nutricional.
¿Se puede congelar la tortilla cocida?
Sí, aunque es preferible consumirla recién hecha. Si decides congelarla, asegúrate de envolverla bien y consumirla en un plazo de 1 mes.
